Cómo sobrevivir a una residencia de estudiantes


Como sobrevivir a una residencia de estudiantes


Si eres de los afortunados que tienen una habitación ensuite entonces algunos de estos consejos no son tan válidos para ti. Pero, si por el contrario, eres uno de los que viven en una residencia de estudiantes con cocina y baño compartido ¡Buena suerte chaval!
En mi caso, además de compartir la cocina y el baño, también he compartido la habitación con una compañera. Lo primero que piensan los demás es que es bastante incómodo. No voy a mentir, es cierto que tienes tus libertades limitadas pero a la hora de la verdad no es tan malo. De hecho, a veces hasta se agradece la compañía.
A continuación 8 consejos para sobrevivir efectivamente a la vida en la residencia:
  1. Intentar romper el hielo con los compañeros. Esto a veces puede resultar difícil, especialmente las primeras semanas en la residencia. Como idea, podrías proponer organizar una comida todos juntos o algún tipo de evento que os reúna a todos para conoceros mejor.
  2. Tapones para los oídos. Cual típica película de comedia, habrá muchas fiestas en la residencia o alrededores. Muchas veces querrás ser parte de la fiesta y disfrutar. Sin embargo, habrá otros momentos en los que te apetezca relajarte y dormir o,  incluso, estudiar así que te recomiendo encarecidamente que te lleves unos tapones para los oídos. Te ahorrarán muchos disgustos.
  3. Etiquetar tus cosas. En la cocina se suelen perder muchos utensilios, por eso mismo te sugiero que etiquetes tus cubiertos, sartén, olla, etc. De esta manera, evitas que la gente los confunda con los suyos. En mi caso, las primeras semanas que estuve en la residencia me desapareció el tenedor (sí, el único triste tenedor que tenía xd) entre otras cosas pero desde que etiqueté mis cosas con una cinta adhesiva de colores no me quitaron nada más. También puedes escribir tu nombre con rotulador permanente por ejemplo
  4. Nunca ir descalzo. En general, el nivel de limpieza de las residencias es de dudosa reputación. Imagínate la de bacterias que se acumulan con tanta gente conviviendo en la misma casa y limpiando poco o más bien nada… Por eso un buen par de chanclas es una buena adquisición. También sería conveniente que te duchases con ellas puestas.
  5. No dejar objetos personales por ahí. Sin dar mucho detalle, me parece más higiénico que tengas, por ejemplo, tu cepillo de dientes o toalla en tu cuarto en vez de dejarlo en el baño.
  6. No dejar objetos valiosos Esto puede parecer muy obvio pero al convivir en la residencia durante mucho tiempo en la casa nos podemos despistar y olvidar que todos los espacios son comunes. Cualquiera puede entrar y salir de la casa con relativa facilidad. Además, lo que a ti pueda parecerte no tan valioso a otro le puede parecer muy tentador. Concretamente, yo tenía mi cazadora de cuero colgada en el perchero de la entrada y un buen día desapareció. No se me pasó por la cabeza que fuese peligroso dejarla en el perchero de la casa así que no cometas mi mismo error.
  7. Recetas de cocina. Es bueno que vayas a la residencia con al menos un par de recetas de cocina bajo la manga. Así, no te comerás la cabeza al llegar y podrás acostumbrarte a cocinar por tu cuenta partiendo de una base. Algunas recetas bastante sencillas que te pueden sacar de algún apuro son la tortilla de patatas o los spaguettis carbonara 

Espero no haberte desanimado con esta lista porque la experiencia de vivir en una residencia es muy curiosa pero, sobre todo, divertida. A pesar de todo, mi experiencia ha sido muy positiva en la residencia. Acabas uniéndote mucho a tus compañeros y te hacen compañía cuando más lo necesitas. Algunos amigos que viven en pisos compartidos echan en falta las actividades que se suelen organizar en la residencia.

Lo más especial de vivir en una residencia es ese maravilloso caos en el que estás temporalmente sumergido. Puede parecer un desastre pero te acabas acostumbrando a tu propio desastre y al de tus compañeros y se convierte en tu hogar.



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