La despedida
Este texto lo escribí el 8 de junio cuando volvía a casa después de haber pasado un año en el extranjero: Llegó el momento de marcharse. Estoy de vuelta a Madrid en el avión y aún no me lo puedo creer. No me puedo creer que todo se haya acabado. Hace nada estaba en la cocina de mi residencia, charlando largo y tendido con mis compañeros y ya no voy a volver más. La que ha sido mi casa estos últimos 9 meses ya no lo es, y las personas que se llegaron a convertir en mi familia están muy lejos ya. La despedida ha sido demoledora. Mis compañeros de piso más cercanos me acompañaron hasta la estación de autobuses. Hasta ese momento pude conservar la calma, pero cuando me di cuenta de que de verdad me iba en ese momento y la despedida era inminente, me derrumbé. Sabía que estaría triste pero no me imaginé que dolería tanto despedirse, especialmente porque no sé cuándo será la próxima vez que nos veamos y, si nos vemos, no será lo mismo. No estaremos en la misma casa, con las grandes f