DEP teléfono: una reflexión sobre la nomofobia
¿Acaso todos sufrimos de nomofobia?
Recientemente, en un despiste, se me cayó el móvil al suelo y
se rompió la pantalla. El teléfono seguía funcionando, solo que con la pantalla
completamente oscura. Seguía pudiendo recibir mensajes solo que no lo podía ver
y la imposibilidad de ver los mensajes me ponía de los nervios, hasta que
finalmente se quedó sin batería.
DEP pequeño
teléfono.
El caso es que este incidente me ha inspirado para escribir
este post ya que he podido vivir dos semanas sin mi teléfono móvil y,
consecuentemente, esa experiencia me ha llevado a reflexionar acerca de nuestro
apego a los móviles.
Es realmente sorprendente, si te paras a pensarlo un rato, lo
mucho que dependen nuestras vidas de los móviles. Al levantarte por la mañana,
pones el despertador en el teléfono. Si vas de camino a clase o al trabajo,
sueles poner música en el móvil. Y, sobre todo, estamos comunicados
constantemente con los demás a través de mensajes de texto. Tanto si queremos quedar,
como para mantenernos en contacto o simplemente por matar el aburrimiento. No
hay un segundo en que no miremos el móvil. Incluso hemos desarrollado una
especie de reflejo natural que te impulsa a mirar el móvil. Si alguien tarda
algo más de una hora en contestar ya nos preocupamos, y nos preguntamos cuál
puede ser el motivo de su tardanza.
Esta línea abierta de comunicaciones que nos permite
permanecer en contacto con absolutamente cualquiera sin importar en qué lugar
del mundo esté, es una gran ventaja y, al mismo tiempo, nuestra cruz.
Estamos tan acostumbrados a estar comunicados 24/7 que hemos
desarrollado una necesidad imperiosa, casi asfixiante, de mirar el móvil a cada
momento. Nos sentimos mal si no podemos mirar el teléfono, convirtiéndose en una
tendencia general que nos afecta a todos. El uso del teléfono móvil se está
arraigando en nuestra sociedad y poco a poco hasta se está convirtiendo en
parte de nuestra cultura.
Me gustaría que te parases a pensar en tu propio uso del móvil:
¿Cuál es el máximo periodo de tiempo en el que no has mirado tu móvil? Quizás
unas horas o unos pocos días, pero casi nunca más de una semana. Sin el móvil
nos sentimos raros, como si nos faltase algo. Ya se ha convertido en un
imprescindible para salir de casa. Incluso más importante que cualquier otra
cosa.
Siendo algo tremendistas, ¿Qué pasaría si un día hay un
colapso a escala mundial de las comunicaciones por satélite? ¿Podríamos volver
a vivir como lo hacían nuestros antepasados? ¿Acaso es posible dejar de
depender del internet para seguir con nuestro día a día?
Honestamente creo que no hay vuelta atrás. Las nuevas
generaciones ni siquiera han podido experimentar la vida sin internet. No creo
que podamos apañárnoslas sin nuestros móviles. La sociedad evoluciona a un
ritmo frenético, impulsada por los avances tecnológicos y la globalización cada
vez más inminente.
Sólo espero que los avances tecnológicos no nos priven de
nuestra esencia. Que los móviles sean una herramienta útil que trabaje para
nosotros y no viceversa. Espero que nos podamos amoldar a los rápidos cambios
de la sociedad, sin dejarnos a nosotros mismos por el camino.
Comentarios
Publicar un comentario