Egipto

Egipto es un país apasionante, un lugar de ensueños y lleno de misterios ¿Cuántas veces nos habremos fascinado con las colosales pirámides y preguntado como las pudieron construir? ¿Cuántas veces habremos soñado con los lujos de los antiguos faraones? 

Bien, por fin puedo decir que he visitado el país de los antiguos faraones y, sin duda, me ha dejado con ganas de volver. Es un país que tras el caos de la primavera árabe está volviendo a resurgir y cada año aumenta el número de turistas que deciden visitar sus maravillas.

Nuestro recorrido comenzó en Asuán, situado en el sur del país colindando con la frontera entre Egipto y Sudán. Tuvimos que madrugar muchísimo, concretamente a la 1:30 de la madrugada porque nuestra primera visita estaba bastante lejos de la ciudad de Asuán: Abu Simbel. Es un conjunto de dos templos mandados a construir por Ramsés II que tuvieron que ser desplazados ya que, al construir la presa del Nilo en Asuán, el caudal del río aumentó y Abu Simbel hubiera quedado sumergido en el agua. Sin embargo, decidieron cortar la roca con 3 milímetros de grosor para que no se notaran los cortes y trasladaron el conjunto piedra a piedra al emplazamiento actual.

Como curiosidad, por la ayuda de España al gobierno egipcio en el traslado de éste y otros templos por la crecida del Nilo, Egipto le regaló a España el conocido Templo de Debod situado en el corazón de Madrid. También se le regalaron templos a Italia, EEUU y los Países Bajos.

Lo más llamativo de Abu Simbel son sus fachadas. El Gran Templo está decorado con 4 estatuas gigantescas de Ramsés II; a una de ellas se le ha caído la cabeza pero por lo demás se conservan muy bien.

Gran Templo de Abu Simbel

El segundo templo está dedicado a su mujer (favorita 😅) Nefertari:

Templo menor
Templo menor de cerca

Como bien es sabido, los antiguos egipcios planificaban sus construcciones al detalle con técnicas muy avanzadas, especialmente para su época. Tanto es así que Abu Simbel estaba diseñado para que, sólo 2 días al año, los primeros rayos del día iluminaran las caras de 3 de las 4 las estatuas situadas al fondo del Gran Templo: la estatua de Ramsés II, la del dios Ra y el dios Amón. Todas menos la estatua del dios de las tinieblas que siempre permanece en la penumbra.

Nuestra siguiente parada fue el Templo de Philae, dedicado a la diosa Isis. Este también tuvo que ser trasladado por la construcción de la presa; antes estaba en la isla de Philae pero ahora se encuentra en otra isla aunque sigue conservando el nombre.

Fachada del templo de Philae


Este hermoso templo es únicamente accesible mediante barco y eso hace la experiencia de visitar el lugar incluso mas especial.

Continuamos nuestro viaje en un crucero por el rio Nilo. Una de las mañanas nos despertamos con esta increíble vista de multitud de globos aerostáticos visible desde el barco:



La siguiente parada fue la ciudad de Luxor. Fue ahí donde tuvimos mas contacto con el Egipto moderno ya que dimos un paseo por la ciudad sin ningún tipo de guía. Al principio es un tanto intimidante ya que no recomiendan a los turistas a pasear por la ciudad totalmente por su cuenta pero, al mismo tiempo, fue muy divertido intentar hacerse un hueco por las serpenteantes calles de Luxor y tener una verdadera sensación de aventura. Es una ciudad con mucho bullicio y pequeñas tiendas donde los comerciantes te intentan vender cualquier cosa constantemente. Si no vas con mucho cuidado se pueden enfadar contigo para presionarte a que compres algo pero lo mejor es ignorar este tipo de incidentes. Hay toda clase de artículos interesantes, desde los souvenirs mas típicos hasta especias o incluso joyería de calidad a buen precio.

Muy cerca de Luxor se encuentra el templo de Karnak, el templo mas grande de Egipto. Personalmente fue uno de los lugares que mas me apasiono del viaje y del mundo. Este templo todavía se conserva increíblemente bien y no es muy difícil imaginarse como debe haberse visto en tiempos del Antiguo Egipto. 

Columnas de tamaño colosal reciben a los visitantes en la entrada del templo


Fue en el templo de Karnak donde tuvimos la oportunidad de visitar una pequeña habitación olvidada por muchos donde se encuentra la estatua a la diosa Sejmet, mitad humana- mitad leona. No esta completamente abierta al publico y hay que preguntar por ella a la gente local para poder acceder a esta pequeña parte del templo (y por el precio correcto te dejaran pasar). Tras ver la estatua de Sejmet sentí una energía especial de este lugar. Normalmente todas las estatuas y reliquias del Antiguo Egipto se encuentran en los museos (especialmente en museos a los que no les pertenece como en el Louvre o en el British Museum pero eso es otra historia). Sin embargo el tener la oportunidad de ver una estatua real del Antiguo Egipto en un lugar mucho mas cercano a donde se encontraba originalmente es realmente único.


En muchos templos era común pintar el techo con estrellas para representar el cielo


Aquel mismo día aprovechamos para ver el famosísimo Valle de los Reyes. A pesar de ser uno de los lugares mas conocidos del Antiguo Egipto, principalmente por el descubrimiento de la tumba de Tutankamón, no es uno de los mas impresionantes en mi opinión. Aun así es una visita obligada. Debe de haber sido apasionante ser uno de los primeros exploradores del siglo XIX y descubrir estas tumbas por primera vez. Por desgracia muchas de ellas se habían saqueado anos antes de su descubrimiento, sin embargo, por suerte algunas de ellas se encontraron intactas. 

Tambien vistamos el templo a la faraona Hatshepsut:



Tras haber visitado algunos de los templos mas importantes del sur del país, desde Luxor tomamos un avión hasta El Cairo. Fue aquel día en que me comí una pizza en el aeropuerto que me dejo K.O por el resto del viaje 😅 pero aun así no me perdí un segundo del itinerario. ¿Cómo perderse nada en un lugar tan único en el mundo?

En el primer día en la capital visitamos nada mas y nada menos que las Pirámides de Giza. Que emocionante fue aquello, nunca pensé que tendría tanta suerte de visitar algo tan increíble como son las pirámides de Egipto. Como dato interesante las pirámides estaban recubiertas originariamente por una capa de piedra blanca que ya no se conserva, a excepción de la punta de la pirámide mas alta. 
  

Había turistas por todas partes por supuesto, lo que hace entrar en las pirámides algo complicado ya que la entrada es muy pequeña y hay demasiada gente queriendo subir. Otra curiosidad es que hoy en día la entrada por la que se puede acceder es la que, por desgracia, bombardearon los franceses al no encontrar la entrada original de la pirámide.

A diferencia de lo que mucha gente cree (incluida yo) las pirámides de Giza no son las únicas pirámides que todavía existen del Antiguo Egipto. Cerca de El Cairo se pueden visitar las pirámide roja y la pirámide acodada en Dahshur. Estas dos pirámides se construyeron con anterioridad a las de Giza y, por lo tanto, son algo mas rudimentarias, especialmente la pirámide acodada. A esta ultima no se puede acceder ya que es algo peligroso pero si se puede visitar la pirámide roja por dentro. Fue una experiencia espectacular ya que éramos prácticamente los únicos turistas suficientemente locos como para desviarnos del itinerario tradicional, coger un taxi y visitar estas pirámides por nuestra cuenta. 

Entrada a la Pirámide Roja en Dahshur



Y esto ha sido todo de Egipto, por ahora 😄 ya que me encantaría volver. A pesar de haber visitado muchos lugares de Egipto todavía quedan muchísimos mas por ver del Antiguo reino de los faraones.




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